lunes, 14 de enero de 2013

El 'invento' de Johan Cruyff

Cuando Johan Cruyff se hizo cargo del Barça como técnico en el año 1988, de las primeras cosas que introdujo fue el rondo. Muchos se lo tomaron a broma y empezaron a dudar de los métodos del genial ‘Flaco’ holandés. Que si el Barça apenas trabaja en las sesiones preparatorias, que si son unos vagos, que si a lo largo de la temporada serán incapaces de aguantar el ritmo físico que exige la competición…
Cruyff, junto a su, entonces, inseparable Charly Rexach, empezaron a cambiar la concepción del fútbol y de la forma de entrenar. Sentados sobre el balón (“la oficina”, en su jerga) se pasaban el rato viendo como sus jugadores empezaban a asimilar lo que, en principio, parecía un juego, pero que, en realidad era la piedra filosofal sobre el que se ha edificado el actual Barça, envidia de todo el mundo futbolístico.

El simple ejercicio de colocar a dos hombres dentro de un círculo de compañeros que se van pasando el balón y ellos deben tratar de arrebatárselo, es una de las bases del dominio técnico del balón que tienen los jugadores del Barça, que, como se pudo ver en Málaga en la Rosaleda es una práctica sin respuesta para un rival que sólo puede ver con impotencia como los azulgrana se pasan el balón. Queda lejos la primera exhibición de un rondo blaugrana en Europa, concretamente fue el Lisboa en 1991 frente al Benfica. Los lisboetas fueron la primera víctima involuntaria de una forma de jugar que ha llevado al Barça a las más altas cotas, a ganarlo todo, pero, sobre todo, a ser reconocido en el mundo entero por la categoría de su fútbol.
Hoy en día es difícil ver un entrenamiento de cualquier equipo del mundo que se precie en que, en un
momento u otro, de la sesión preparatoria, no efectúen algún rondo. Incluso es un pequeño homenaje a la forma de pensar y jugar del Barça, presenciar como los conjuntos que visitan el Camp Nou, antes o en el intermedio, se dedican a tratar de imitar a los barcelonistas con el ya famoso rondo.
Mark van Bommel, el internacional holandés, fue uno de los primeros en manifestar públicamente lo que significaba para un jugador llegado de fuera entrar por primera vez en un rondo. Era y es el primer examen por el que pasa cualquier fichaje, dónde debe demostrar sus cualidades futbolísticas para confirmar que puede jugar en el Barça. Los chicos de casa han pasado por tantos rondos antes de llegar al primer equipo que son auténticos maestros del arte. Javier Mascherano se ganó el respeto de todos desde el primer día que llegó desde Liverpool, salió entero de su primer rondo.
No hace falta reivindicar ni patentar el rondo como patrimonio del Barça. En cada partido, los hombres de Tito Vilanova, como antes con Pep Guardiola, Frank Rijkaard, Charly Rexach o Johan Cruyff, dejan claro que quieren al balón, que le miman, para lograr un fútbol de virtuosismo fuera de toda duda, al alcance de los jugadores más destacados y premiados de la historia. El mejor homenaje, el monumento que le correspondería al rondo, es ver jugar a los barcelonistas como en La Rosaleda ante el Málaga y en decenas de partidos más como el 5-0 al Real Madrid de Mou, el 2-6 del Bernabéu o el 0-3 con Ronaldinho también en Madrid, la final de Wembley ante el Manchester United y muchas exhibiciones más.

Francesc Aguilar (Mundo Deportivo)

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