viernes, 9 de noviembre de 2012

El Barça de los bajitos

1.- Lo primero que vio fue un cartel en la puerta de la secretaría técnica. Decía así, textualmente: "Si vienes a ofrecerme un juvenil que mida menos de 1,80 m, date la vuelta". El cartel resumía la filosofía del club en sus últimos veinte años: únicamente quería futbolistas altos, recios y contundentes.
2.- Lo primero que hizo Laureano Ruiz fue arrancar el cartel. El Barça acababa de ficharlo como entrenador del equipo juvenil, que acumulaba solo dos campeonatos de España en los anteriores 20 años, a pesar del cartel de los futbolistas recios. La gota que colmó el vaso fue la "derrota de la cerveza".
3.- El 15 de abril de 1972, el Barça juvenil disputó la Copa Catalunya contra la Damm, vigente campeona de España y cantera prodigiosa del fútbol catalán. En las gradas, 15.000 aficionados más Pablo Porta, Héctor Rial, seleccionador nacional juvenil, Rinus Michels, entrenador del primer equipo del Barça y el propio presidente, Agustí Montal. El equipo juvenil entrenado por José Mª Minguella cae en dicha final ante la Damm por 3-2.
4.- Muy molesto por la derrota, Agustí Montal es entrevistado a la salida del palco y estalla: "Hay que hacer algo. Esto no se puede permitir. Vale que nos gane un equipo de fútbol, pero que nos gane una fábrica de cerveza, ¡no, eso no!". Montal no advierte que la Damm, además de cerveza, es una productora
excepcional de futbolistas, pero lo cierto es que revoluciona el fútbol base del Barça y contrata a un santanderino llamado Laureano Ruiz.
5.- Lo primero que hace Laureano es arrancar el mencionado cartel y convocar jugadores de calidad, sin que importe la talla. "Jugones", "bajitos", como les llamamos ahora. Aparta a los torpes, por altos y recios que sean, y pone en juego a los talentosos. Tras veinte años de práctica sequía, el Barça juvenil ganará a partir de ese momento cinco campeonatos de España consecutivos, un logro inaudito, siempre con Laureano al frente, que en 1974 es nombrado coordinador general del fútbol base, momento en que implanta los rondos y logra que todos los equipos inferiores del club jueguen con el mismo sistema e idénticos perfiles.
6.- Cuatro años más tarde abandona el Barça por discrepancias con el presidente Núñez, recién elegido, y alguien vuelve a colgar el cartel del 1,80 de estatura, hasta el punto que un día de 1986, un chaval nacido en Santpedor abre la puerta del médico dando brincos y gritando: "Mediré 1,80, ¡seré profesional!". Ese chico se llama Pep Guardiola y nadie le augura nada bueno porque es bajito y enclenque. Acaban de realizarle la "prueba de la muñeca" para predecir cuánto medirá y el resultado es 1,80, de ahí la euforia del chico.
7.- Sin embargo, Guardiola no destaca en el Barça B; de hecho, apenas juega. El club ha regresado a su política de futbolistas altos, recios y contundentes. Hasta que llega un tal Johan Cruyff, arranca nuevamente el cartel y resiembra lo sembrado por Laureano Ruiz. Asciende a Guardiola al primer equipo y el resto de la historia es sobradamente conocido: el Dream Team, la cantera del Barça, la España de los bajitos de Luis Aragonés, el Pep Team, Xavi, Iniesta, Messi...
y 8.- Pienso en todo esto ahora en que el cabezazo de un keniano del Celtic de Glasgow ha reabierto viejos carteles en Barcelona pidiendo futbolistas de más de 1,80...

MARTI PERARNAU (Marca.com)

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