1.- Lo primero que vio fue un cartel en la puerta de
la secretaría técnica. Decía así, textualmente: "Si vienes a ofrecerme
un juvenil que mida menos de 1,80 m, date la vuelta". El cartel resumía
la filosofía del club en sus últimos veinte años: únicamente quería
futbolistas altos, recios y contundentes.
2.- Lo primero que hizo Laureano Ruiz
fue arrancar el cartel. El Barça acababa de ficharlo como entrenador
del equipo juvenil, que acumulaba solo dos campeonatos de España en los
anteriores 20 años, a pesar del cartel de los futbolistas recios. La
gota que colmó el vaso fue la "derrota de la cerveza".
3.- El 15 de abril de 1972, el Barça juvenil disputó
la Copa Catalunya contra la Damm, vigente campeona de España y cantera
prodigiosa del fútbol catalán. En las gradas, 15.000 aficionados más Pablo Porta, Héctor Rial, seleccionador nacional juvenil, Rinus Michels, entrenador del primer equipo del Barça y el propio presidente, Agustí Montal. El equipo juvenil entrenado por José Mª Minguella cae en dicha final ante la Damm por 3-2.
4.- Muy molesto por la derrota, Agustí Montal
es entrevistado a la salida del palco y estalla: "Hay que hacer algo.
Esto no se puede permitir. Vale que nos gane un equipo de fútbol, pero
que nos gane una fábrica de cerveza, ¡no, eso no!". Montal
no advierte que la Damm, además de cerveza, es una productora
excepcional de futbolistas, pero lo cierto es que revoluciona el fútbol
base del Barça y contrata a un santanderino llamado Laureano Ruiz.
5.- Lo primero que hace Laureano es
arrancar el mencionado cartel y convocar jugadores de calidad, sin que
importe la talla. "Jugones", "bajitos", como les llamamos ahora. Aparta a
los torpes, por altos y recios que sean, y pone en juego a los
talentosos. Tras veinte años de práctica sequía, el Barça juvenil ganará
a partir de ese momento cinco campeonatos de España consecutivos, un
logro inaudito, siempre con Laureano al frente, que en
1974 es nombrado coordinador general del fútbol base, momento en que
implanta los rondos y logra que todos los equipos inferiores del club
jueguen con el mismo sistema e idénticos perfiles.
6.- Cuatro años más tarde abandona el Barça por discrepancias con el presidente Núñez,
recién elegido, y alguien vuelve a colgar el cartel del 1,80 de
estatura, hasta el punto que un día de 1986, un chaval nacido en
Santpedor abre la puerta del médico dando brincos y gritando: "Mediré
1,80, ¡seré profesional!". Ese chico se llama Pep Guardiola y
nadie le augura nada bueno porque es bajito y enclenque. Acaban de
realizarle la "prueba de la muñeca" para predecir cuánto medirá y el
resultado es 1,80, de ahí la euforia del chico.
7.- Sin embargo, Guardiola no
destaca en el Barça B; de hecho, apenas juega. El club ha regresado a su
política de futbolistas altos, recios y contundentes. Hasta que llega
un tal Johan Cruyff, arranca nuevamente el cartel y resiembra lo sembrado por Laureano Ruiz. Asciende a Guardiola
al primer equipo y el resto de la historia es sobradamente conocido: el
Dream Team, la cantera del Barça, la España de los bajitos de Luis Aragonés, el Pep Team, Xavi, Iniesta, Messi...
y 8.- Pienso en todo esto ahora en que el cabezazo
de un keniano del Celtic de Glasgow ha reabierto viejos carteles en
Barcelona pidiendo futbolistas de más de 1,80...
MARTI PERARNAU (Marca.com)
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